El cáncer de mama o de seno es el tipo de cáncer más común, con más de 2,2 millones de casos en el mundo, según datos de 2020 de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Se estima que cerca de una de cada 12 mujeres enfermarán de cáncer de mama a lo largo de su vida y es la principal causa de muerte entre ellas.
En 2020, alrededor de 685.000 mujeres fallecieron como consecuencia de esa enfermedad en todo el mundo.
Específicamente en el continente americano se produjeron casi una cuarta parte de los nuevos casos de cáncer de mama en 2020.
Existen varios factores de riesgo del cáncer de mama que no se pueden modificar como hacerse mayor, mutaciones genéticas y antecedentes personales y familiares con cáncer de mama, por nombrar los más frecuentes.
Pero hay otros factores que aumentan el riesgo a contraer la enfermedad y que pueden prevenirse o mitigarse haciendo modificaciones en la vida diaria.
En este 19 de septiembre, Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, ¿cuáles son los factores que aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama? Y qué puede hacerse para reducirlos.
1. Inactividad física
Las mujeres que no se mantienen físicamente activas tienen un mayor riesgo de tener cáncer de mama, señala el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).
Por lo tanto, es importante realizar actividad física habitualmente.
La Sociedad Americana Contra El Cáncer recomienda que los adultos dediquen al menos de 150 a 300 minutos de actividad física de intensidad moderada o de 75 a 150 minutos de actividad con más intensidad por semana (o una combinación de ambas), preferiblemente repartidos durante la semana.
La actividad física de una intensidad mayor provoca una frecuencia cardíaca elevada, sudoración y frecuencia respiratoria rápida.
2. Sobrepeso
Las mujeres mayores que tienen sobrepeso u obesidad tienen mayor riesgo de tener cáncer de mama que las que tienen un peso saludable.
La Sociedad Americana Contra el Cáncer recomienda mantener un peso saludable durante el transcurso de la vida y evitar el aumento de peso excesivo al balancear el consumo de alimentos con la actividad física.
3. Hormonas
Algunas formas de terapia de reemplazo hormonal (aquellas que incluyen tanto estrógeno como progesterona) que se toman durante la menopausia pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama si se toman por más de 5 años, señala el CDC.
Para evitar esto, es recomendable consultar al médico acerca de las opciones no hormonales para tratar los síntomas de la menopausia, señala la Sociedad Americana Contra el Cáncer.
4. Historial reproductivo
Quedar embarazada por primera vez después de los 30 años, no amamantar y no haber tenido un embarazo que llegue a término puede aumentar el riesgo de cáncer de mama.
Las mujeres que optan por amamantar a sus bebés al menos varios meses pueden obtener un beneficio adicional al reducir el riesgo de cáncer de mama, dice la Sociedad Americana Contra el Cáncer.
5. Alcohol
Algunos estudios muestran que el riesgo en la mujer de tener cáncer de mama aumenta cuanto mayor sea la cantidad de alcohol que tome, asegura el CDC.
Incluso el consumo a niveles bajos se ha relacionado con un aumento en el riesgo. Lo mejor es no tomar bebidas con alcohol.
Pero quienes sí lo hagan, deberán no tomar más de una bebida con alcohol por día, aconseja la Sociedad Americana Contra el Cáncer.
¿Y cuánto es una bebida por día? Unos 355 ml de cerveza, 150 ml de vino, o 50 ml de licores destilados o «bebidas fuertes» con una graduación de 80.
6. Tabaquismo
La realidad es que el consumo de tabaco puede causar cáncer en casi cualquier parte del cuerpo.
Evitar fumar y estar expuesto al humo del cigarrillo ayuda a mitigar el riesgo de contraer cáncer.
Las investigaciones sugieren que otros factores, como la exposición a sustancias químicas que pueden causar cáncer y cambios en otras hormonas debido al trabajar en el turno de la noche, también pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama, detalla el CDC.
Recomendaciones
Las organizaciones especializadas en el cáncer de mama recomiendan consultar al médico sobre los análisis para la detección temprana de la enfermedad.
Hablar con un profesional sobre cuándo comenzar las pruebas, como exámenes clínicos y mamografías, son clave, enumera la Clínica Mayo en su sitio web.
También, familiarizarse con los pechos durante un autoexamen para tomar conciencia sobre las mamas.
Si hay un cambio que es nuevo, hay bultos u otros signos inusuales en las mamas, se debe consultar en seguida con un médico.
Y como siempre, cuidar la alimentación.
Las mujeres que siguen una dieta mediterránea complementada con aceite de oliva extra virgen y frutos secos mixtos pueden tener un riesgo reducido para cáncer de mama.
La dieta mediterránea está enfocada en alimentos basados en plantas, como frutas y verduras, cereales integrales, legumbres, y frutos secos, detalla la Clínica Mayo.
Fuente: BBC